Nosotros los mayores, y la Poesía 15. DISFRUTAR DEL SEXO A CUALQUIER EDAD

Nido de poesía: Nicolás de la Carrera
31 mar 2015 - 16:22
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Es muy probable que a más de uno le haya sorprendido el título del post de hoy. Confirmaré esta cabecera con una breve cita del dominico Cosme Puerto, autor, entre otros textos, de “La sexualidad del anciano vista con ojos nuevos” (San Pablo, 2.000). Leemos en las primeras páginas del ensayo: “El anciano es hoy un marginado en el aspecto no solo económico sino sobre todo social y sexual. Se habla poco de la sexualidad de las personas mayores, y nuestra sociedad muestra absoluta incomprensión ante las manifestaciones afectivas y sexuales de las personas longevas...

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CÓMO DISFRUTAR DEL SEXO A CUALQUIER EDAD

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Pero me gustaría incluir, sobre todo, unos párrafos del sugerente trabajo del sexólogo americano Joel D. Block “El sexo después de los cincuenta. Cómo disfrutar del sexo a cualquier edad (Grijalbo Mondadori, 2000). Sin más preámbulos, os acercamos la primera presentación:

«Hay un único tabú que ha sobrevivido a los demás: la sexualidad de las personas mayores. La definición de personas mayores depende, claro está, de la edad que tenga el que habla. Los veinteañeros probablemente piensan que nosotros somos muy viejos y no me sorprendería descubrir que no creen que la sexualidad exista después de los cuarenta, quizá incluso de los treinta.

Por otro lado, un hombre de setenta años, que sigue sexualmente activo con su esposa de cuarenta y ocho, me dijo que, en su opinión, viejo era siempre alguien que fuera quince años mayor que él. Conteniendo la risa exclamó: “Está claro que yo nunca seré viejo”. Y añadió: “Además, mientras Paul Newman siga siendo sexy, yo también lo seré.” Es bueno pensar en uno mismo como alguien sexy, no viejo...»

Seguiremos recogiendo algunas reflexiones de las tres últimas páginas del libro, tituladas "Conclusión: usted sigue siendo una persona atractiva". Ser mayor no es una desgracia a la hora de vivir el encuentro erótico de dos experimentados amantes:

«No hay duda de que la sexualidad cambia con la edad. Pero, ¿es que eso no es una suerte? Al igual que el buen vino y las grandes obras maestras, los mejores amantes se aprecian por su valía y son más estimados por sus parejas con el paso del tiempo. Cuando tenía veinte años la pasión lo era todo, pero la pasión no siempre llevaba al placer, para ambos sexos. Los jóvenes anhelan ese control eyaculatorio que los hombres maduros dan por supuesto; las jóvenes se esfuerzan por llagar al orgasmo cuando eso es algo que resulta fácil para una mujer madura.

Ser mayor no es sólo ser hermoso. Es ser mejor. Los hombres son más tiernos, las mujeres físicamente más receptivas. Unos y otras tienen la sabiduría y la experiencia necesarias para disfrutar lo que vive el otro

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EL PÁJARO GRIS DE LA TERNURA

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Desde su sensibilidad de veterano esposo que celebra 25 años de amor y erotismo, testimonia el cubano Gastón Baquero que es muy cierto que la pasión juvenil, la hoguera de sexo y deleite de sus primeros éxtasis, no se extinguió del todo con la edad, ni se apagó su música: todavía “aletea gimiente en el más puro rincón de la existencia / el pájaro gris de la ternura.” Para conocer algunos versos más del lírico habanero, pulsar aquí.

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BODAS DE PLATA

Cuando se vuelve muda la carne clamorosa,

para ella nos queda la ternura.

Persiste el resplandor de aquel hermoso incendio

que fuera un día himno de deleite, ramo de música viviente.

Debajo de la pálidas cenizas

palpita todavía

el jubiloso cantar de aquella hoguera.

Los ojos escaparon a otros paraísos;

tocó en otras playas la barca del deseo,

pero en el centro del alma está incrustada

aquella música lejana, suave y tenaz como el perfume de la infancia.

Cuando se vuelve muda la carne clamorosa, aletea gimiente en el más puro rincón de la existencia

el pájaro gris de la ternura.

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ABRAZADOS, PEQUEÑOS, FRENTE A LA ETERNIDAD...

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En existenciales versos, casi diría metafísicos, Leopoldo de Luis abraza a la amada “frente a la eternidad”. Aunque este poema fue escrito en una edad media del poeta cordobés, la sencilla belleza del juego amoroso que, en el entorno de una relación sexual íntima, incluía cariño y ternura y creativo movimiento de roles –ahora te protejo, ahora me abandono a tus caricias porque soy tu pequeño– podría representar también la danza erótica y sentimental de una pareja mayor.

Recuerdo con emoción el folletito que nos envió Leopoldo con versos recientes evocando su admiración por Maruja, que acababa de fallecer. Leíamos, como en epitafio, la ternura con que se dirigía a su esposa: “María, nombre hermoso / que tú colmaste de hermosura: / te dé Dios el reposo / de un mar sin amargura.” Tres años después, como a veces ocurre en parejas necesarias, saltó a la eternidad el enamorado poeta en busca de su amante.

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LA PAREJA

Tenerte cerca. Hablarte.

Y besarte en silencio.

Y sentir el contacto

caliente de tu cuerpo.

Sentir que vives, trémula,

aquí, contra mi pecho.

Que mis brazos abarcan

tus límites perfectos.

Que tu piel electriza

las yemas de mis dedos.

Que la vida se ahoga

en el hilo de un beso.

Que así, en la sombra, a tientas,

bajo la noche, ciegos,

topándonos a oscuras

mientras todo es silencio,

nos amamos y somos

casi dioses, rugiendo.

Vuelvo a palpar tu carne,

vuelvo a besarte, vuelvo

a estrecharte en la sombra

ciega contra mi pecho.

Vuelvo a sentir la vida

trémulamente. Siento

que el desamparo pone

su soledad, su cerco,

en torno de nosotros.

El mundo está desierto.

El mundo está desierto.

Mudo. Tú y yo arrojados

a un destino violento,

aquí, sobre la tierra,

abrazándonos ciegos.

Corazon-153
Corazon-153

Y entonces te recojo,

te amparo, te sujeto,

pequeña, débil, mía,

cobijada en mi aliento,

sostenida en mis brazos,

cubierta con mis besos.

Pero mi pequeñez

en seguida comprendo.

Mi inútil protección,

castillo sin cimientos,

rueda deshecha frente

al enorme Universo.

¡Qué poco puede el hombre!

Y me refugio en medio

de tanta soledad

en tu caliente cuerpo,

para que entre tus brazos

me mezas con tu tierno

amor. Niño asustado,

busco tu amor materno.

Los dos en la tiniebla

abrazados, pequeños,

frente a la eternidad,

lloramos en silencio.

La noche continúa

mudamente cubriéndonos.

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PRSENTACIÓN PPS. Necesitamos ser tocados, ser acariciados, a todas las edades. El bebé, el adolescente, el amigo, la pareja, la persona mayor... Para visualizar la Presentación pps "¡Tócame!", pulsar aquí.

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NOSOTROS LOS MAYORES,

y la Poesía

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12. Abro las Escrituras para fortalecer mi corazón

ESTOY DELANTE DE TI, por Jacques Gauthier

UNA VEZ AL DÍA, de Paul Roth

ÍNDICE del 1 al 12

13. Los que vivimos solos

AJENO, por Claudio Rodriguez

¡VEN!, por Autor desconocido

14. Viudas sin luto

ÉL SE FUE MUY SERIO, por Carilda Oliver

NO ME CANSO, MI AMOR, YA DE QUERERTE, por Carilda O.

LA VIUDITA, de Carlos Murciano

15. Disfrutar del sexo a cualquier edad

BODAS DE PLATA, por Gastón Baquero

LA PAREJA, por Leopoldo de Luis

16. Entrega completa hasta el final

HOY PARECE..., por Gonzalo Alonso-Bartol

A MI ESPOSA, por Cintio Vitier.

17. Nos recetan a las mujeres la vejez prematura

MOMENTO, por Carlos Murciano

LA ORACIÓN DE LA NOCHE, de José María Valverde

MUJER IRREDENTA, de Gioconda Belli

18. Porque el cielo nos mira y se complace

CÍTARA MÍA, por Gonzalo Rojas

ARRUGAS, por Miguel d'Ors

19. Y es más breve el tiempo del amor

CARA A CARA, de Luis López Anglada

LA AMADA INNUMERABLE, por Bartolomé Mostaza

DÍA DE FIESTA, de Luis López Anglada

20. Cenizas que no se apagan

EL FUEGO ARDÍA LENTO, por Concha Zardoya

AÚN VIVAZ, de Concha Zardoya

"CUANDO DIOS QUISO", de Francisca Aguirre

21. Eres lo que recuerdas

ALGUNA VEZ POR LA MAÑANA..., por Cristina Lacasa

22. Pero el olvido, no, nunca el olvido

ESCÚCHAME, por Antonio Porpetta

23. El album familiar

FOTOGRAFÍAS, por Ginés Aniorte

24. Bendita memoria, bendito olvido

EL QUE TIENE MALA MEMORIA, por Manuel Mantero

TAMBIÉN HAY MUERTOS QUE MATAN, de José Bergamín

25. Nicanor Parra, Centenario Vivo

ENLACE A NUEVE PÁGINAS SOBRE PARRA

ÍNDICE del 25 al 36

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