Nosotros los mayores, y la Poesía 25. NICANOR PARRA, CENTENARIO VIVO

El día 5 del pasado septiembre se conmocionó Chile celebrando el centenario del nacimiento de su poeta nacional “en la flor de la edad”, como le definió la presidenta Bachelet, a la que contemplamos en la presente fotografía visitando en su residencia de Las Cruces al “hermano padre” como le llamaban a Nicanor sus hermanos Violeta y Roberto.

Al mediodía del día 5, se generalizó por todos los rincones de Chile la emocionada lectura del poema “El hombre imaginario”, uno de los títulos preferidos del poeta y sus admiradores, versos que hace solo dos años recitó el joven músico Cristobal Ugarte al representar a su abuelo en la entrega del Premio Cervantes de Poesía.

Y VUELVE A PALPITAR EL CORAZÓN DEL HOMBRE IMAGINARIO

EL HOMBRE IMAGINARIO

Podría sernos útil para descubrir algo, o mucho, de la sensibilidad de Parra, asomarnos a alguno de los reiterativos versos de tan sorprendente poema, que así se cierra:

“Y en las noches de luna imaginaria

sueña con la mujer imaginaria

que le brindó su amor imaginario

vuelve a sentir ese mismo dolor

ese mismo placer imaginario

y vuelve a palpitar

el corazón del hombre imaginario”

¿Quién será el dolorido protagonista de este triste final? Suponemos que el poeta de Chillán, que en 1978 se enamoró perdidamente de una encantadora muchacha, a la que doblaba la edad. Así lo refiere Nicanor a Leónidas Morales: “Ella era la mujer que yo soñaba y que a los 64 años creía haber encontrado...”. Aquella locura solo duró dos meses (acaso toda la vida). Confiesa Parra su derrota: “Cuando me pulverizó, entonces ella me dejó, me abandonó.” Tiempo después, optaría la amada por el suicidio.

Este trágico amor inspiró al poeta posteriormente obsesivos versos que así enmarcaba: “Lo escribí con una pistola sobre el escritorio. Era eso, o el suicidio.” Como ya es hora de conocer el poema completo, sugiero pulsar aquí y, recitado por Parra, aquí. Estremecedora la versión rústica de una muchacha del pueblo, pulsando aquí.

PLACER Y DOLOR REAL E IMAGINARIO

La primera impresión, al leer estos textos, es de que nos encontramos frente a una construcción lírica ingeniosa y extravagante. Conocida la personalidad de Parra y su exuberante biografía, acaso empecemos a dudar y descubrir, como en sus otros trabajos, insondables abismos de humanidad, hondura, expresividad, talento, desnudez, provocación, desgarro...

Me expresaré en otros términos. Frente a este poema, me siento como en el circo: el actor, vestido de payaso, llora y ríe por dentro... Sabe que su imaginación le regala y acerca realidades vividas en el pasado. Recuerda a aquella chica que le enamoró perdidamente. Y se emociona, y siente de nuevo amor real por ella, pasión y placer por su ternura y su generoso erotismo (“vuelve a palpitar el corazón del hombre...”). Le atraviesa de nuevo la entraña el afilado puñal del abandono, la daga final del sacrificio (“vuelve a sentir ese mismo dolor / ese mismo placer imaginario”). Dolor real e imaginario en su cuerpo y en su alma; placer imaginario y real en su espíritu y su cuerpo.

LA POESÍA DE PARRA

No es poeta fácil Nicanor Parra; desde luego se muestra sutil y directo. Sabio, también a sus cien años. Uno de los más reconocidos especialistas del poeta chileno, Ignacio Echevarría, lo describe como lírico hondo, pensador perspicaz:

“Quizá la de Parra sea, en efecto, una poesía apta “solo para mayores de cien años”. Es decir, una poesía que, por debajo de las apariencias, trabaja en una comprensión de lo humano desprendida de los espejismos del yo y situada, por lo mismo, más allá del dolor y de la risa; instalada en esa lucidez característica de ciertos ancianos a los que atribuimos instintivamente una especial sabiduría.”

Para definir su obra, sobre todo el porqué de la extraña creación de sus versos, sus artefactos visuales, sus tarjetas para no dormir..., ¿quién mejor que él mismo, con voz segura, discurso a ráfagas?:

“Crear vida en palabras: realmente eso es lo que me pareció que tenía que ser la poesía. Una vez que se acepta este punto de partida, caben muchas cosas en la poesía: no tan sólo las voces impostadas, sino también las voces naturales; no tan sólo los sentimientos nobles, sino también los otros; no tan sólo el llanto, sino también la risa; no tan sólo la belleza, sino también la fealdad. Me pareció que la clave de todo el problema estaba en la palabra vida; y la antipoesía no es otra cosa que vida en palabras”.

ATEO ATRIBULADO

“Ateo atribulado, obsesionado ante el vacío de la existencia. Su vida ha estado impregnada de la cultura católica.” Así resume Niall Binns la curiosa religiosidad de Parra. Algunos nos hablarán de agnosticismo, ecologismo y metafísica, acaso también de budismo...

ENLACE A NUEVE PÁGINAS SOBRE PARRA.

Desde que en 2012 recibió el Premio Cervantes, en este blog de Religión Digital hemos ido reflexionando sobre Nicanor Parra a lo largo de nueve entregas muy gráficas. Dedicamos páginas al Cristo de Elqui, a artefactos y tarjetas visuales, poemas e imágenes con contenido religioso, como “PADRE NUESTRO”, “Discurso del buen ladrón”, “La cruz”, “Agnus Dei”, “Epitafio”... Lo mejor sería introducirnos ya en el corazón de las nueve entregas, marcando cada uno de sus enlaces (pulsar aquí).