el año santo nos recuerda que siempre estaremos en “estado de conversión activa” mientras peregrinamos
Cruzadas, inquisiciones, expulsiones masivas, colonialismos, complicidades con autoritarismos inhumanos ya no se pueden defender más, porque nunca fueron cristianas, aunque fueran llevadas a cabo por quienes se proclamaban sus campeones. Pero como somos familia, hemos de hacernos cargo y reparar en lo posible, sus consecuencias históricas además de un firme compromiso frente a los males sociales del presente.
La Iglesia está llamada a ser voz de los sin voz y a denunciar las injusticias hasta el martirio si es necesario. El Jubileo es un tiempo para recuperar la valentía profética, siguiendo el ejemplo de Jesús, quien desafió a las autoridades de su tiempo por amor a las víctimas, los nuevos Bienaventurados del Reino
la inmigración forzada es el tema más importante de justicia social del momento, no solo desde el asistencialismo en los países de llegada, sino desde una profunda conversión de la violencia económica estructural que asola a los países pobres de origen.
trabajar por la paz y la reconciliación en un mundo cada vez más fragmentado y que busca erróneamente soluciones en "ideologías frankestein", que recortan ideas parciales un lado y el otro, que configuran monstruos llenos de odio en vez de armónicas soluciones sociales.
es imprescindible derribar los muros del clericalismo, la costra institucional que impide vivir la frescura del Evangelio...éste pone a los ministros por encima de los demás, los llena de privilegios y los disfraza con falsas sacralidades...se ha de superar estructuralmente esta mentalidad que ha llegado a ser una profunda ideología, con consecuencias en numerosísimos abusos, pederastias y dobles vidas.