Nosotros los mayores, y la Poesía 35. LOS OJOS DE AQUEL NIÑO...

Nido de poesía: Nicolás de la Carrera
08 ene 2019 - 12:43
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Seguiremos hoy asomándonos a los últimos trabajos de Eloy Sánchez Rosillo (pulsar), específicamente al poemario “Antes del nombre. Los primeros versos nos acercan ya la clave del libro, que muy bien resume en nota José Luis Morante, editor de la antología “Hilo de oro”: “Antes de dar vida a un yo biográfico empeñado en la labor diaria, somos seres innominados, soñados habitantes de un luminoso paraíso.” Bellamente lo describe, en primera persona, Sánchez Rosillo: “habitaba / la estancia inacabable de la luz...” Desprendido del anónimo magma auroral, irá el poeta fundando creativamente su nombre: “Y fui el que Eloy se llama, el que esto escribe...”

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LOS OJOS DE AQUEL NIÑO QUE YO FUI

Desde aquel "alumbramiento" primero, el niño crece, experimenta, conoce, madura... Los versos de "Viejas historias" describen y reflexionan sobre la formación religiosa del pequeño Eloy. Nostalgia, melancolia de aquellas fascinantes, dramáticas, hermosas, tiernas vivencias que sobrecogieron, y sobrecogen todavía hoy y cómo, su alma y sus entrañas...

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VIEJAS HISTORIAS

Aquellos episodios de la Historia Sagrada

que de pequeño oía en el colegio

y que en casa, más tarde, repasaba despacio

me fascinaban siempre. Llenaban de hermosura,

de muy fuertes y opuestas emociones

-y quizá de algo más, de algo sin muerte-,

al niño retraído y soñador

que en mi ser habitaba. Qué intenso y sugestivo

el universo elemental y exótico

en el que transcurrían. Allí supe

del dolor y el amor, de sangre y fuego,

de plagas y diluvios y guerras y milagros,

de justicia implacable y de misericordia.

Luego, ¿dónde se fueron las vívidas estampas

que en mi alma bullían? Poco a poco

el tiempo fue empujándolas a ciertos arrabales

últimos del recuerdo (que son ya casi olvido).

Y muchos, muchos años, otros rumbos anduve.

En ocasiones, ahora, retirado en mi cuarto,

leo y releo la Biblia buscando no sé qué,

buscando, por instinto, agua de vida.

Y reencuentro en sus páginas los relatos que brotan

–tan frescos como entonces, tan dulces, tan

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terribles–

del fondo más remoto de mí mismo.

De nuevo me consuelan, me espantan, me

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subyugan.

Por los viejos caminos pedregosos

de Judea y Samaria, bajo un sol de leyenda,

o en la ribera azul del mar de Tiberiades,

los ojos de aquel niño que yo fui

se cruzan con los ojos de Jesús cuando pasa.

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SI TE QUEDAS MIRANDO LARGAMENTE...

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El poeta contemplativo mediterráneo abre los ojos a la luz y al alma de las cosas, "un lugar muy secreto e inviolable, / donde la mano palpa un agua antigua, / un regazo caliente" ("Adentro"). Verás y sentirás que cuando miras "tú eres mundo también..."

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CUANDO MIRAS DESPACIO

Si te quedas mirando largamente

cualquier cosa del mundo

-un gorrión, una mujer, un árbol,

un río, un desengaño, tal poema

por el que pasa un río

y una mujer desengañada y sola

y en el que se alza un árbol al que acuden

los gorriones mientras cae la tarde-,

si miras cualquier cosa un largo rato

y dejas que entre en ti,

que te vacíe de tu oscuridad

y que en tu ser halle cobijo y sea,

verás y sentirás que cuando miras

tú eres mundo también,

que en ti la vida se entrecruza y canta,

y que todo es sagrado.

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ALZO LOS OJOS EN LA NOCHE OSCURA

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Si el poeta de la luz inicia el poemario “Antes del nombre” emergiendo del Todo estrenando identidad, en “Perdición”, sus últimos versos, no se conforma con mirar largamente “cualquier cosa del mundo”, sino que eleva la vista a la grandiosidad de un cielo incendiado de estrellas y se deja herir por su misterio, constatando: “me abre ahí una herida tanta luz, / y la herida no sangra, porque se cauteriza / con su propio dolor, que es alegría...”

Sugiere José Luis G. Martín que, en “Antes del nombre”, “hay un componente que podríamos llamar místico y que le acerca a un poeta como Vicente Gallego, cuyos últimos libros responden a conversión religiosa. Buen ejemplo de ello lo constituye el poema que cierra la antología, “Perdición”, y que casi podría estar firmado por cualquiera de los dos...”

En nota aclaratoria posterior, puntualiza Sánchez Rosillo: “En el poema “Perdición” yo no pretendo expresar ninguna experiencia mística, ni creo que esos versos, ni otros míos, sean trasunto explícito de una conversión religiosa. En ese poema lo único que hay es el profundo estremecimiento de un hombre que al contemplar el cielo en una noche clara se abre al misterio del mundo...”

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PERDICIÓN

Alzo los ojos en la noche oscura,

y ésa es mi perdición. Desde una estrella

que refulge esta noche para mí

más que ninguna otra,

me va llegando sin piedad al pecho

un cataclismo de diamante puro.

Y me abre ahí una herida tanta luz,

y la herida no sangra, porque se cauteriza

con su propio dolor, que es alegría,

que es muerte y nacimiento,

un volver a vivir desde el principio,

y esta vez para siempre.

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42 POEMAS DE ELOY S. ROSILLO

Nos asomamos a dos miniantologías de sus versos: 24 poemas en “A MEDIA VOZ” (pulsar), y 18 poemas en CÍRCULO DE POESÍA (pulsar).

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NOSOTROS LOS MAYORES,

y la Poesía

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24. Bendita memoria, bendito olvido

EL QUE TIENE MALA MEMORIA, por Manuel Mantero

TAMBIÉN HAY MUERTOS QUE MATAN, de José Bergamín

ÍNDICE DEL 13 AL 24

25. Nicanor Parra, Centenario Vivo

ENLACE A NUEVE PÁGINAS SOBRE PARRA

26. 678 monjas y un científico 1.

EL LARGO CAMINO HACIA LA SERENIDAD, de A. Daigneault

27. 678 monjas y un científico 2.

EPITAFIO PARA UNA MONJA ANCIANA, por Carlos Murciano

28. 678 monjas y un científico 3

MISIÓN, de Nicolás de la Carrera

29. 678 monjas y un científico y4.

PARA DAR ALEGRÍA, por Ernestina de Champourcin

A UN PÁJARO QUE CANTABA..., por E. de Champourcin

30. Vivir sin parar

PEREGRINO, de Luis Cernuda

SUEÑOS Y AMBICIONES, de Kahlil Gibran

31. Moverse es cuidarse

RECOMENDACIÓN DEL CUERPO, de Gabriel Celaya

32. Lo tengo en la punta de la lengua

HOY HE NACIDO, de Amado Nervo

33. Nuestras primeras letras

DE CUANDO SOR PILAR ENSEÑÓ A LEER AL POETA NIÑO, de Jesús Mauleón

34. Dos poemas de sol y de sueños

AHORA, de Eloy Sánchez Rosillo

LAS ESTRELLAS Y UN SUEÑO, de Eloy S. Rosillo

35. Los ojos de aquel niño...

VIEJAS HISTORIAS, de Eloy Sánchez Rosillo

CUANDO MIRAS DESPACIO, de Eloy S. Rosillo

PERDICIÓN, de Eloy Sánchez Rosillo

36. Regresar a ese limpio manantial

EL MANANTIAL, de Eloy Sánchez Rosillo

LA ESCONDIDA FUENTE, de Eloy Sánchez Rosillo

EL VIAJE, de Eloy Sánchez Rosillo

37. Miro mis manos...

MEDITACIÓN SOBRE UNAS MANOS, de Eloy S. Rosillo

CERTIDUMBRE QUE QUEMA, de Eloy Sánchez Rosillo

ÍNDICE DEL 37 al 48

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